28 juin 2008

José Tomás par Lupimon


José Tomás... Le Tomás du 5 de junio, et le Tomás du 15... et le débat fait rage, et la blogosphère bouillonne, se passionne, s’invective à distance. Ça bouge, ça discute à n’en plus finir. Et c’est très bien ainsi. Même les grands quotidiens nationaux ne sont pas en reste. C’est en France, curieusement, que le débat est absent, comme étrangement occulté, ignoré. Pour faire vite, disons que c’est la prestation du 15 qui « pose problème », celle du 5 étant généralement jugée de manière beaucoup plus consensuelle. De ce bouillonnement, le papier de Luis Picazo Montoto -Lupimon pour les copains - est probablement le plus en décalage avec les opinions généralement constatées. Il n’en est par pour autant le moins pertinent, bien au contraire. Je vous donne le lien de son papier sur le site Opinionytoros et je le reprends ici, par précaution, por si acaso, et pour l’avenir. Ceux qui nous ont lus après la course du 15 comprendront que je ne partage pas franchement l’appréciation de Luis sur cette course quant au comportement de Tomás, lors de la deuxième faena notamment. Mon ressenti est en revanche beaucoup plus proche du sien pour la première donnée dans les tablas, que j’ai beaucoup plus goûtée que la seconde, car finalement plus argumentée. Le débat continue donc. Je vous laisse avec Luis dont la pertinence du propos va bien au-delà de la simple appréciation de la corrida du 15. Les photographies, évidemment, sont de Juan Pelegrín.

Sí, yo también estuve viendo al que llaman “El Galáctico” los pasados días 5 y 15 en Madrid. Dos tardes, cuatro toros, toros de distinta condición, y dos días que salí de la plaza con impresiones muy diferentes.
Como introducción y para aquellos que no me conocen, he de decir que pertenezco a esa rara avis que, disconforme con la situación actual de la cosa de los toros, lucha por su regeneración denunciando todo lo que considera perjudicial y añadir que siempre digo, para bien o para mal, lo que pienso sin dejarme influir por intereses creados y, desde luego, intento ser, ante todo, justo, equivocado o no, pero fiel a mis convicciones.Tampoco debo silenciar que he seguido la trayectoria de José Tomás desde su reaparición, y que, como consecuencia de todo lo que he leído, estaba disconforme con las actuaciones del de Galapagar en plazas poco exigentes y, en consecuencia, cuando viniese a Madrid, no iba a comulgar con ninguna farsa.
Por exigencias de la Presidenta de la CAM, Esperanza Aguirre, -si no viene José Tomás, no hay prórroga- se anuncia dos tardes: compañeros de terna que, en principio, no molestan y ganado apropiado para su lucimiento.
Con ésta perspectiva y una campaña de marketing perfectamente orquestada y hasta ahora desconocida en el mundo de los toros, la reventa reventada a pesar de los precios, esos sí, estratosféricos, panegíricos desmesurados en casi todos los medios, tomaba cuerpo la sospecha de que el paso del galáctico por la Catedral del Toreo, iba a ser, más o menos, otro paseo triunfal ¿o triunfalista? como en cualquier plaza de provincias.Llega el día esperado, 5 de junio. Movimiento en el reconocimiento y se completa la corrida con cuatro de la ganadería A y dos de la B del ganadero de moda y sobreros de los de garantía… Ambiente festivo de capital provinciana, gente guapa a tope, expectación que supera a la de la presentación de El Cordobés, algunas caras nuevas a mi alrededor … y yo, con los antecedentes citados y mis oscuros presagios, debo confesar, y confieso abiertamente, que entro en la plaza dispuesto a no pasar por nada que se salga de la Tauromaquia eterna.
El rey en barrera, suenan los clarines, comienza la función, saludos tras el paseíllo -yo que me pregunto ¿viene gratis?- y… ¡por fin! se abre el portón. Se le ve tranquilo, relajado, seguro de sí mismo…
Como si el ambiente de fans, incondicionales y antis, no fuese con él.
De sobra es conocido lo que pasó, pero no me resisto a dejar aquí algunas puntualizaciones. Nadie puede negarle su disposición y entrega desde que pisó la plaza. Variado con el capote no perdonó un quite, ni en sus toros ni en los de sus compañeros; con la muleta, sin importarle el viento, ni que en los medios fuese donde más soplase, no dejó de intentarlo, hacerlo todo, y mucho bien, desde los estatuarios en su primero, hasta los adornos finales en el quinto tras los naturales de frente y a pies juntos, después de haber ejecutado el toreo fundamental con verdad y series ligadas y perfectas, rematadas, por alto, con pases de pecho en los que salía la muleta por la penca del rabo o, por bajo, con trincherazos llevándose el morro del toro cosido a la muleta hasta los talones y tirándose el costillar a las zapatillas; con la espada, en el primero, como tiene que hacer un torero cuando tiene la oreja en la mano ¡a matar o morir! y, en el segundo, sin perder la cabeza al arrancarse el toro, meter el brazo al encuentro, pero aguantando y casi sin moverse del sitio para salvar el pitón … . Eso, ¿es torear? … ¡ah! y sin aspavientos, sin darse importancia, sin teatro … sólo con las armas propias de un torero: cabeza, valor, colocación, mando, temple, oficio y … sobre todo, responsabilidad y hambre de triunfo.
Y ahora, si quieren, podemos matizar. Podía haber venido con una ganadería más dura, con las astas limpias, con otros compañeros, con los sobreros de siempre, con TV … . En el toro de mayor responsabilidad de toda su vida, el primero, los estatuarios son pases de camelo, hubo series con alivio, pico y enganchones, toreo lineal y al hilo del pitón, y algunos etc. más que yo sí vi y ahora, porque me da la gana, me callo y tal vez algunos, muchos, ni se enteraron, ni los vieron. El segundo era un carretón, de los que torea -no, rectifico- le da pases cualquiera, el circular invertido es de pueblo, los naturales a pies juntos y de frente, no tienen parangón con los que yo llegué a ver a Manolo Vázquez, los adornos eran ¿sosos?, la estética -¡ay! la estética- no era la mejor y también otros etc. que, así mismo, silencio. Y después de estas matizaciones en el otro platillo de la balanza, juzguen ustedes si en la plaza, el día 5, hubo un torero, un payaso, un loco, un farsante ...
Y llegó el día 15, con mayor expectación, si cabe, y una afición dividida: una mayoría a favor y predispuesta a glorificar al ídolo como fuese, una minoría que se autoconsidera salvadora de la Tauromaquia y otros aficionados expectantes a la espera de acontecimientos.En esas condiciones, después de un baile de corrales mañanero -4 titulares, 2 de la B del de moda y sobreros bodegueros- José Tomás iniciaba el paseíllo con unos compañeros de terna que, en esta ocasión, no estaban dispuestos a asumir el papel de meros comparsas. Empezó la función y mire usted por donde, esos toros escogidos se salieron del guión y resultaron respondones. Se ha dicho que descastados y yo discrepo, algunos tenían su casta, en manso, pero casta, y la prueba de ello es que alguno salió doblando las manos y cayéndose, pero luego se fueron arriba, no se caían y a los toreros se las hicieron pasar putas ¿o no?
Ya está en el ruedo su primero, manso declarado desde que salió, sin fijeza, huidizo y buscando tablas y chiqueros, con un sentido que era imposible darle un pase. Siempre decimos que hay que lidiar y José Tomás intentó eso cuando comenzó la faena. Por bajo, rodilla en tierra, tocándole los costados, intentando llevárselo a los medios, pero que si quieres, empresa imposible, sólo quería chiqueros. Allá se fue el torero a plantarle cara ¡y vaya si se la plantó! Siempre se ha dicho, y yo lo certifico, que lo primero que tiene que tener un torero es valor ¿no? … Y qué fue lo que tuvo José Tomás? ¿cuento? ¿o hizo lo que muchas tardes ha hecho uno de nuestros admirados maestros, mostrarnos que el toro era ilidiable?
No, el toro quería chiqueros y allí, en su terreno, con un par, le sacó, le arrancó, pases inverosímiles con el toro aculado en tablas y pegando arreones y tornillazos; con enganchones, de acuerdo; hacia afuera a veces, también de acuerdo; en mi opinión muchos equivocados, rematando arriba y de pecho, cuando debía haberlo hecho por abajo …¿. Ahora bien, todo ello con verdad y jugándose la vida en cada pase, no con el cuento de arrimones y gilipolleces para engañar al personal, ¡no!, sin trampa ni cartón; y para matar se fue con otro par tras el estoque jugándosela también.

Aquí un inciso: ¿Qué habrían hecho con ese toro el resto de toreros del escalafón?
Contéstense ustedes mismos.
Y, de su segundo, ¡qué voy a decir!. Más de lo mismo. Sólo añadir que, con tres cornadas, una de ellas de 20 cm, siguió toreando, dio unas manoletinas de escalofrío que, aunque sean pase menor, tenían su riesgo, otros adornos y a matar al toro con verdad. Y todo ello como si no hubiese pasado nada.
Conocemos esa chapita que dice "Nada tiene importancia si no hay toro", y pregunto, ¿hubo toros? ¿creen que no? ¿o es que queremos el tontitoro de los 80 muletazos humillado y sin rechistar que pregona el taurineo? ¡un poco de seriedad!Le pedíamos que diese la cara en Madrid y esa minoría salvadora que dije antes, esperaba con la escopeta cargada, pero … salió el tiro por la culata. ¿No es dar la cara lo que hizo? ¿qué debería haber hecho? ¿cuatro mantazos y siete puñaladas traperas? ¡no!
Tenía estar ahí, jugarse la vida como se la ha jugó y si llegaba la cornada que llegase … y llegó ¡mira que si llegó! no una, sino tres y ¿cómo reaccionó? ¿gestos de dolor para sensibilizar al público? ¿dejarse llevar a la enfermería y que quedase el regalo para otro? ¡no! ni se miró, como hacen los toreros machos, siguió toreando y mató al toro mientras la sangre manchaba su taleguilla …
Y, en vista de eso, decimos que le cogen mucho. El caso es criticar ¿no? ¿qué queremos? ¿Queremos toreros como ese que presume de que su primera cornada se la han dado después de matar más de 1.200 corridas …?
Lo cogen tanto porque no sabe torear … pregunto: ¿no ha sabido nunca, o es que se le ha olvidado? porque resulta que, antes de su retirada, salió 5 veces por la Puerta Grande y entonces (97, 98, 2 en el 99 y 2002) creo recordar que los que sacaban los pañuelos no eran los fanáticos actuales. O, tal vez, ¿es que ahora no arriesga? ¿no nos quejamos de que lo cogen mucho? ¿en qué quedamos?
No sabe matar … ¿hubiese sido más torero si se hubiese echado fuera y matado a la última? ¿o es mejor perder el triunfo como con frecuencia le ocurre a cierto torero?Bueno, termino, pero quisiera que reflexionásemos y viéramos como se está juzgando a José Tomás, pues estoy harto de que, con el resto del escalafón, traguemos y a muchos les perdonemos, que se anuncien con ganaderías impresentables, no toreen de capa, no entren a quites, no estén colocados en su sitio en el segundo tercio, hagan faenas a inválidos, tontitoros y otros especimenes impresentables, saquen muletas king-size, no tengan repertorio, no sepan colocarse, citen y toreen con el pico, linealmente y hacia fuera, intenten lucirse con moribundos, quieran justificarse con el arrimón, no lidien -ni, por supuesto, toreen- cuando el toro tiene alguna dificultad, estén dando trapazos hasta que suene un aviso, maten de bajonazos, les regalen las orejas, e incluso algunos puristas se las pidan y a veces sin merecerlas …
He visto que algunos de los guardianes de los valores eternos, lo han vapuleado y atacado sin piedad ¿por qué? y, lo que es peor, en mi opinión, ¡sin razón!. Sé que este artículo me va a traer algún disgusto, tal vez alguna enemistad, pero, como dije al principio, soy fiel a mis convicciones e intento ser justo. Es posible que me equivoque, pero podré seguir presumiendo de haber sido consecuente, una vez más, con aquello que me parece de justicia y no crean que, por ello, renuncio a mi concepto de la Tauromaquia, no, sigo fiel al mismo, seguiré admirando a todos los que se ponen ante un toro con la verdad por delante y atacando a los que pretendan imponer la fiesta adulterada y falsa.
Y, para disipar dudas, les diré que no soy tomasista, que mi torero actual es El Cid y que la mejor faena de todo el serial, para mí, fue la de Perera (al que por cierto he dado bastante caña en internet) el 6 de Junio al toro Berlanguillo de Núñez del Cuvillo, toro de “miau” y “colaborador”, pero lo que hizo, no me duelen prendas en reconocerlo, fue TOREAR.Lo de José Tomás ha sido otra cosa. Creo que quien mejor lo ha expresado ha sido Israel Cuchillo: puede que esto no sea torear, pero es EL TOREO. Estoy de acuerdo, la épica de un hombre que puede morir con un toro que va a morir.Cada uno es libre de seguir con las críticas que quiera para “defender” la categoría de Las Ventas, pero, con lo que se está diciendo de José Tomás, no me extraña lo que ya, un día lejano, dijo El Guerra: "En Madrí que atoree San Isidro".
Luis Picazo Montoto