"Tu n’as pas manqué grand-chose" grésille mon téléphone, "Morante finalement... non, le plus gros pétard c’est Victorino, vraiment un pétard, et en plus, une chotada..."
Ils ne se sont pas étalés en messages ou en condoléances hier soir les copains. Ils ont dû en profiter pour boire un peu plus. Ils en profitent toujours, pour boire un peu plus. Et ce matin, dans ABC, c’est le gentil Vicente Zabala de la Serna qui porte l’estocade finale à Victorino.
Attendons le retour des copains pour plus de détails, attendons les prochaines sorties, mais... Nous y reviendrons, bien sûr, sur cette évolution inquiétante des toros de Victorino.
SEVILLA. La corrida de Victorino Martín fue una mentira de pitón a rabo. El mano a mano de Morante y El Cid tuvo de duelo el luto de un tanatorio. Por Victorino. Si la verdad nos hace libres, el ganadero está ahora preso. «Vamos a Sevilla con una corrida por encima porque nos van a medir, ¿eh? Falta alguno por poner, pero...» ¿Alguno? Salvo primero y cuarto por delante, la victorinada fue chivata, escasa, chica, con el puntillazo del sobrero, un anovillado morucho de medio pelo con genio de casta remontada como los malos vinos. La mentira se extendió también por dentro de sus venas, porque ningún victorino se entregó de veras ni rompió con sinceridad, y mansearon tela, y midieron gazapeantes y mirones, incómodos, deslucidos, complicados sin alcanzar siquiera el rango de alimañas tobilleras, sin dejar estar, ni lejos ni cerca. La balas de plata de la A coronada las cambiaron por cartuchos con la pólvora mojada…
… y la corrida de Victorino unificó las opiniones de todos: vaya mierda.
Photographie : El País.