16 décembre 2012

Trilogies


Le 12 octobre 1990, à Bilbao, Tomás Campuzano, Pepe Luis Martín et Juan Cuéllar combattaient six toros de Cuadri ; les derniers tués à ce jour dans les arènes de Vista Alegre. J’ai eu beau chercher, je n’ai pas trouvé sur Internet de compte rendu de cette course dans le quotidien El País.
En revanche, j’en ai découvert trois, signées Joaquín Vidal, où figurait chacun des toreros de la corrida du 12 octobre 1990. Je n’y ai pas lu le Vidal que certains considéraient sans vergogne comme un aficionado néfaste pour la Fiesta — probablement le prix à payer de l’indépendance journalistique —, car, oui, la plume taurine d’El País savait apprécier tout ce qui, dans l’arène, rendait sa grandeur à l’art de combattre les toros, et justifiait qu’il existât*.

«Tomás Campuzano sabe de miuras todo, todo, todo. Tomás Campuzano ve un Miura y nadie tiene que decirle cómo ha de citar, por dónde lo debe torear. […] Lo primero que debía hacerse con el Miura era templarle, y eso lo cumplió Tomás Campuzano con cabal ejecución de las reglas del arte. Los ayudados con que inició la faena, más que castigar sirvieron para mecer al toro en la franelilla, de la que se hizo amiga, y ya faena adelante siguió los recorridos que dictaba el maestro miurista, sin rebelión ni protesta alguna.» 

«Algunos cuestionaron su inclusión en los carteles. ¿Por qué ha de venir Pepe Luis Martín a la importante feria de Bilbao? se preguntaban. Y el propio torero les dio respuesta ejecutando un toreo hondo, interpretado con estricta sujeción al clasicismo y a la pureza. […] Pepe Luis Martín muleteó al Palha que abrió plaza presentándole la muleta para luego traérselo toreado cargando la suerte. Y entre las rectificaciones y destemplanzas que forzaban las acometidas broncas sacó pases de impecable factura. Así se torea, sí señor.» 

«En el toro anterior (le troisième, ndr) la fiesta brava hizo manifestación jubilosa de la grandeza que llegó a alcanzar en sus mejores tiempos. El toro, poderoso y encastado, […] tomó cinco varas sin perder su empuje, y llegó a los siguientes tercios con una embestida agresiva que sólo podía dominar un torero a carta cabal. Lo maravilloso del caso es que el torero a carta cabal estaba en la plaza, se trataba de Juan Cuéllar, y asumió el compromiso de dominar la embestida agresiva sin la menor vacilación, precisamente en el centro del redondel.» 

* Nous sommes dimanche, «et le dimanche maintenant, dans Campos y Ruedos, on va vous balancer un imparfait du subjonctif, comme ça, gratos, juste pour le style». 

NOTA. — Pour voir ma pauvre traduction, cliquer sur «commentaire». Pour profiter pleinement, en français, de la prose de Joaquín Vidal, se procurer, ou se faire offrir, Chroniques taurines (Les Fondeurs de briques, 2010). 


Image Joaquín Vidal, El Toreo es grandeza, Turner, 1987 via La Razón incorpórea.